Mañana 24/12

Asiaten: Valentina y María.
Busqué a la Pingüi y no la encontré. Llegamos al canil y el Pancho estaba afuera del suyo, en el pasillo. La Ipi estaba vuelta loca y lloraba mucho. Nos demoramos un montón en sacar todo, porque nos estábamos recién acostumbrando al canil nuevo.
Llegamos más o menos a las 11:30 a paseo (la micro se desvió y nos dejó en otro lado, fue un caos, nunca más tomaremos la 404) y estaba llenísimo, vendedores ambulantes en todas partes, encima un grupo religioso cantando en las escaleritas. Con suerte había espacio para caminar. Tuvimos que poner el pendón mirando hacia Falabella, por culpa de la muchedumbre. Luego llegó un trabajador de Falabella y nos preguntó por el Pancho, dijo que quería un perrito para su abuelo, que su compañero se había muerto hace poco y él ahora estaba sólo (me imagino que con compañero se refería a perro). María le tomó sus datos y listo.
La gente daba lucas más que monedas, andaban caritativos.